martes, 4 de septiembre de 2018

MELODÍA NOSTÁLGICA



Mis ojos se complacen con los azules y grises plomos del cielo de mi ciudad, cortados por las cúpulas humedecidas y recién lavadas de la catedral.

¡Canten pájaros heridos! por las flechas de lluvia que han caído sobre sus nidos.
Y las palmas y, los pétalos de las rosas y margaritas languidecen... ¿o con júbilo encienden sus colores con esperanza de prolongar su estadía?

Las lágrimas vespertinas del firmamento corren desbocadas a la orilla del sendero, saludando al gato que se guarece en un tejaban.

¡Canten piedras! ¡Canten! Que su melodía haga danzar a grillos, renacuajos y rueden hasta el cansancio.

Un enorme espejo refleja mi distorsionada imágen, guardan en su memoria mi fugaz inocencia.

¡Que canten, canten mis pupilas errantes! Que no se cansan de viajar desde el cielo a los cerros, del sendero al granero, del arbusto al tejaban que guarece al gato trasnochero.

Adolfo Delgadillo Padilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario