martes, 4 de septiembre de 2018
DULCE ESPERA
Y yo aquí, tan a tus órdenes,
sufro por querer no separarme de ti.
¿Qué me das que gozó y por quien lloro espero?
Yo no pienso si por ti no pienso en otra cosa que en un aliento.
Ya basta de este aliento que poco tiempo para vivir queda.
Si he de vivir ahogado entre tinieblas ¿Por qué luz tengo en tu presencia?
Más me valiera ser nombrado loco que en justo juicio me creyera.
Qué cese esta lánguida prueba si de esto entender un breve gozo.
Las promesas no me sirven de consuelo cuando aún en vos yo creo.
Muera la esperanza por quien muero en lágrimas te espero.
No puede haber más necedad que el amor por ti yo siento.
¡Calla insensato pensamiento! Ve el lugar en que me tienes.
Pecado es morir por quien tanto deseo vivir.
Lágrimas de mi pluma secas encienden a la hoja inerte,
Perderte por desear tenerte, hiero a mi pluma y verte.
¡Ya no más! Dame vida aunque ni una mirada tenga.
De esos ojos tan ingratos una luz yo pida. ¡Piedad!
Que aunque esquiva yo fiel tu nombre escriba.
Y yo aquí, por hallarte muero por vivir en tu regazo creo.
Adolfo Delgadillo Padilla
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