sábado, 22 de junio de 2019
SOY DIVORCIADA
En divorcio jamás pensé porque me uní convencida, hablaré por mí, al amor, por los hijos que deseaba tener; pensé en una vida llena de retos, pero en divorcio, nunca.
Confieso que por mi mente pasó la idea de quitarme la vida y también hice lo que una persona entregada al amor puede darse el lujo, de luchar, a lo que otros le llaman perder la dignidad.
El divorcio afectó a mis hijos los que también suplicaron, pero cuando una parte decide irse, lo mejor, ahora lo entiendo, es dejar ir con la misma naturalidad que lo deje llegar.
¿Dónde queda el amor? Queda en lo que nos dimos, en las luchas, las alegrías, pero sobre todo en los hijos que perpetúan ese amor y en mí.
La fortaleza tarda en construirse para que sea infranqueable a los comentarios ociosos, amargados de otros.
Soy divorciada y permitiré que de nuevo la vida me sorprenda, soy divorciada en espera de otra oportunidad de vida.
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