sábado, 22 de junio de 2019
RECAPACITAR
Qué me miras porque vivo.
Si vivo trato de gozar.
Mis sueños son futuro.
Qué mi pasado he de dejar.
Qué pasado me atormenta.
Si hoy no puedo vivir.
Volver a lo que tenía.
Necedad por disentir.
Este mundo es el fin de lo que no debiera existir.
Si antes nada era, hoy en contra de mi voluntad dejará de ser.
¡Y sí es! no aprovecho su generoso ser.
Es sin percibir y la dejo pasar sin distinguir.
Que es el único regalo que para nadie a de ser.
Mío es y así generoso lo puedo donar, pero...
Conmigo me lo he de llevar.
No es lenta la belleza, ni lenta la destreza, el final siempre llega.
Llega aunque llegues a tener tesoros y dejar. ¿Qué dejas? De todos modos todo es dejar.
Dejar el camino andado y dejar todo aquello que fue dado.
Y los que se quedan con aquello en un santiamén será gastado.
¿No es mejor disfrutarlo con aquellos que te han tocado?
No tener empacho de disfrutarlo.
¡Qué miras porque vivo y no dejas vivir por lo que vivo!
Ni el viento ni el lodo resguardarán tu aliento en los otros.
Sólo a aquél que por hinojos brindó lo que a tus ojos ves.
Cuando al revés por humildad debería ser.
Qué me miras porque vivo, qué envidia por tener lo mismo que se te ha dado sin valer.
Todo lo nuestro es un suspiro y cuando sea eterno ha de ser.
¿Dónde está el vestido, lo comido? Ya todo pasó.
Así como pasan galas, la pobreza también no será recordada.
Comparte en esta vida que si dejas de dar ahí tu vida termina.
Nada se apresta para el final si acaso no es el llegar.
Que todo lo que anhelamos ¿Qué fueron para otros y para nosotros? terminarán en lo que pisamos.
Cosas prestadas que el amor no han podido comprar.
Así qué, sigue atesorando cuando el mayor tesoro no es sabido ser dado.
¡Qué miras porque vivo! No detengo mi camino, que sé muy bien por quién vengo y a donde me dirijo.
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