Estamos cansados, hartos de este gobierno estulto que no ha tenido reparo en mostrarse descarado y no cuidar, ya no las formas, si no la política de dejarse ver cómo un narco gobierno descarado. Nos lastima ver a un puñado de mexicanos tratados como inútiles al tenerle que dar el pescado en vez de enseñarle a pescar, de no presentarles oportunidades de crecer, de crear, de saberse ganar el sustento con el sudor de su trabajo para seguir haciendo un México fuerte y no tener que convertirnos por su delirio y ambición en sus obligados vasallos. Nos lastima el abandono al que ha puesto y obligado a madres solteras al quitarles el apoyo de las guarderías y la desaparición y burla de las propias instituciones convirtiéndolas en marionetas de su gobierno. Lastima la desaparición tajante y obvia de voces que luchaban por la justicia sólo por ir en contra de sus intereses. Estamos hartos de las descalificaciones, que tomamos como propias, hacia los profesionales de las comunicaciones porque resulta que los malos periodistas son los que no apoyan las decisiones de un presidente sátrapa porque no dudo que efectivamente haya periodistas que lo apoyen, pero lo que no me puedo explicar ¿Cómo permiten estos periodistas que insulten a los de su propio gremio? ¡Se necesita ser miserable! o no ser lo que se dicen ser: profesionistas y mucho menos profesionales. Si uno que no está inmiscuido en estos avatares de la política, nos duele la descalificación sesgada de unos y adulación de otros que muy a pesar de nuestra ignorancia, son el hazme reír, bufones, prostitutos de está noble profesión. Estamos hartos del desmantelamiento económico y él linchamiento de aquellos que generan empleos y en vez de conciliar para una mejora en las condiciones de sus trabajadores, les gillotina y los orilla, a algunos, a desistir con su trabajo de empresarios. Porque me preguntó ¿Las palmas son para los que le otorgan beneficios a usted señor ejecutivo?, no al pueblo bueno, sino a los intereses de usted; las palmas a empresarios que en tiempos modernos ejercen la esclavitud con horarios de trabajo realmente inhumanos y peor, que le deben a este México y que usted les condona sus obligaciones tributarias. Por supuesto que estamos enterados de su desliz, de sus desatinos mínimos políticos, de su piel tan delgada a las críticas inteligentes hacia su gobierno, a su empatía con el crímen del narco (usted al ir y saludar a la madre de un criminal que sigue cobrando vidas y no precisamente a una madre apenada y que viva por sus propios esfuerzos) y a su desdeñable facilidad de engañar a los ignorantes que se han postrado ante usted, no por ser bueno, sino por el reflejo que representa de la venganza, pero resulta que está dejando pasar el tiempo para contruir. Estamos, no digo decepcionados, porque muchos más de los que usted puede creer jamás hubieran apostado por usted, sino fastidiados de la indolencia que tiene usted y todos aquellos que se han dejado deslumbrar por el becerro de oro que representa el poder y por aquellos también a los que les avienta una migaja o pepita de ese becerro de oro, que no les alcanza ni para comprar frijol con gorgojo. Su gobierno se ha conducido autoritario y sin un resquicio a la esperanza de salir y dejar de ser "ranchería" por sus pistolas. La mayoría de los mexicanos deseamos que su periodo termine y se pase volando porque representa una pesadilla de la que deseamos despertar. Tenga por seguro que no nos sentimos representados aún por sus esfuerzos de dividirnos, que ha logrado, y que, no cesaremos en recuperar a nuestro México de sus manos sucias y mal intencionadas.
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