No hay en México peor presidente que usted y mire que hemos sufrido a varios como Salinas y Peña. A de pensar que llegó a la cumbre por haber alcanzado su tan acariciado sueño. Quiero decirle que no por la coyuntura histórica usted es un triunfador, el triunfo se lo dió el hartazgo de nosotros los mexicanos que no se qué karma estemos cargando por tener gobernantes tan miserables; pero quiero pensar que tampoco somos nosotros, si no la diferencia entre ser humano y bestia y efectivamente nos han tocado muchas de esas. Pero siempre hay un pero y todo cambia y la manera de ver la vida... Tontos los que ven en lo material la oportunidad de someter a los otros miserables en sus sueños personales. Usted señor presidente es un ser desdeñable al tratar de criminalizar a todos los profesionales: médicos, periodistas, políticos, empresarios, maestros, abogados y a los únicos profesionales del crímen que no le conviene llamarles por su nombre son a esos cierteramente llamados criminales, a ellos si les tiende la mano. Y hay que entender eso, de que usted es sin duda, uno de ellos. Usted no ha cambiado, lo único que hizo es engañar a los tontos mostrándose con disfraz de cordero y después se canso de tanto no poder seguir fingiendo y mostró su real careta, de mounstruo. La esperanza muere al último y usted no representa para nada esa esperanza por lo tanto muchos mezquinamente, así nos ha vuelto, deseamos que no sea el último en irse. No podemos entender cómo se puede llevar una taco de alimento, de tomar un sueño en paz si nos ha undido en la mendicidad y en la peor de las desesperanzas en ver a nuestro gran país en paz. Dios lo perdone porque usted pasará a ser uno de los hombres más aborrecidos de está nación. Felicidades logró su objetivo porque se tarda más en olvidar el mal que el bien. Se ha hecho realidad su sueño de ser inolvidable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario