sábado, 11 de febrero de 2023

LA OTRA CARA

 

Fermín se quedó de ver con su mejor amigo Isaías en un parque intermedio que les quedará a los dos. Volvió la mirada hacia la fuente del parque, vió  venir a Isaías en pantalones con estampado de vaca ceñidos a su cuerpo y playera pegada a su muy delgada figura. Se dió cuenta que la gente lo miraba con morbo por su manera de vestir.

-¿Tienes mucho esperando? Parece que el metro sabotea mi intención de ser puntual jajajajaja -desinhibido como siempre Isaías se ríe de sus ocurrencias sin importarle el llamar la atención-.

-No te preocupes, me entretengo viendo a la gente y me pregunto a dónde va, qué es de su vida -sonriendo Fermín tranquiliza a Isaías-. Bueno ¿Qué hacemos, vamos al café de siempre?.

-Con este calor que parece que estoy en la menopausia se me antoja mejor un helado y vemos gente y echamos el chal aquí bajo esta jacaranda que da buena sombra.

Fueron a comprar su helado y regresaron a la misma banca. Hablaron de mil cosas y cada uno puso al tanto al otro de lo que no se habían contado. Por supuesto que Isaías era más extrovertido que Fermín y después de un largo soliloquio Isaías le da un femenino manotazo a su amigo -Aich, me estás tirando de a loco, no estás aquí ¡Ya regresa! -tiernamente le reclama a su amigo y le echa una mirada pícara-.

-Tienes razón, cuando venías, sentí que la gente se mofaba al verte. He visto en ti que te ha costado trabajo defender tu forma de ser, tu lucha por ser aceptado, respetado, pero la sociedad jamás se ha puesto a pensar que así como ustedes tienen que pasar un martirio al asumirse como gays, a nosotros los heterosexuales, ni pensarlo, no nos cuestionamos si estamos a gusto con lo que socialmente es lo correcto. -Era la primera vez que Fermín tomaba la palabra para expresar su sentir-. En nosotros no existe eso, de sí estamos bien con nuestro rol de heterosexuales, simplemente lo seguimos, pero me he dado cuenta que es muy duro tener que aceptarse como tal. Debo de casarme, mantener un hogar, seguir una lista larga de reglas, cumplir con los parámetros impuestos: Una mujer actuar y trabajar conforme a su condición y un hombre, no llorar, no expresar sus sentimientos, no sufrir, ser el fuerte. ¡Impensable cuestionárnoslo!.

Isaías, estaba realmente interesado en lo que Fermín le confesaba. No lo quiso interrumpir.

-No te lo quería decir -sinceramente prosigue Fermín-, he tenido enfrentamientos por nuestra amistad ¡Es que la gente no entiende una amistad como la nuestra, siempre piensan mal! ¿Me explico?

-Te entiendo -aseveró Isaías-. ¿Entonces piensas terminar tu relación con Leslie?

-No. Solo que hay momentos en los que la vida te hace reflexionar. Por ejemplo, como hetero soy partidario a que la mujer sea independiente, que ninguno deje su vida pasada por el solo echo estar casado, que conserven los amigos, compartirlos, que se tenga una independencia. Se me ocurre, yo no debo estar atenido a que,  Leslie, después de una jornada de trabajo deba llegar a cocinarme y yo viendo el periódico o la tele; debemos compartir eso, las obligaciones la vida. Entonces para nosotros también, en silencio, nos cuesta aceptarnos como heterosexuales.

-Yo sé que tú me conoces -dijo Isaías- quizá mi forma de presentarme ante esta sociedad es de reto. No todo lo que la "Comunidad LGBT" defiende, habla por mí, sabes que no creo en el matrimonio gay pero si en los derechos que cada individuo tiene. Que no debemos luchar por un derecho que nos corresponde.

A mí me quedó claro que no iba a tener hijos, ya mucho compromiso tengo conmigo mismo para perjudicar una vida que merece lo mejor. Conozco amigos que se hacen cargo de sus sobrinos y éstos terminan diciéndoles "papá" en vez de tío. 

-Guauuu, se nos fue el tiempo -Fermín mira el reloj y el helado derretido de su muy querido amigo de la infancia, Isaías-. El tiempo contigo se pasa como agua.

Se pusieron de pie y se acompañaron para después despedirse como siempre, con beso en la mejilla, sin importar el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario