Hijo, si te corrijo, no solo te corrijo a ti, sino a los hijos de tus hijos.
Si amo a los hijos de tus hijos, a ti de antemano amo.
Amo porque me amaron y pensé que lo malograron.
Lograron pensando en el bien que me legaron, no permitirme hacer lo que yo hubiera deseado que ningún bien me hubiera dejado.
Pero si lo mandas a la escuela, allí lo prepararán para que cometa los mismos errores que cometimos nosotros y nuestros antepasados.
ResponderEliminar