lunes, 5 de junio de 2017

AMOR


Quien viera el árbol fuerte, frondoso, con frutos, jamás pensaría en las tolvaneras, heladas, en aquellos que quisieron arrancar sus raíces y en los días que pareciera seco, muerto.
Quien lo viera así desearía por más ser como él, con vida, erguido, con futuro y convencido que vivirá nuevos vientos que sacudirán sus ramas, pero no sus raíces.

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