miércoles, 9 de noviembre de 2016
SABIDURÍA
¿Quién dice que las tristezas no se viven? qué nos sirven para aquilatar lo que tenemos y lo que no debemos de acumular.
A la tristeza hay que observarla de manera diferente a como nos la han mostrado: con una oportunidad de renacer, de tomar fuerza, de aprendizaje.
La vida no es más de lo mismo, la vida nos procura diversidad a los sentimientos para que ninguno de ellos envejezca.
El carácter que nos forja la tristeza es para los que hemos aprendido que la tristeza es para vivirla, para sacarle todo el jugo de enseñanza, no para aquellos que se quedan a disfrutarla sin soltarla.
La tristeza une y está visto que la tristeza tiene hijos: como la amargura, la soledad, el aislamiento, el propio abandono.
La tristeza es un sentimiento que tenemos que verla con ojos diferentes, con una mirada inteligente, como una aliada para salir fortalecidos de esos momentos nada deseables.
Desde hoy conciliar con la tristeza será nuestra tarea de vida.
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