sábado, 17 de octubre de 2015
VIEJOS CONOCIDOS
A la muerte la conozco de cerca, en realidad no le he visto sus ropajes o, ¿si? quién sabe, tal vez lo que he mirado es su sombra en el mutis que reflejan los moribundos (que no saben bien a bien a dónde van), algunas veces es de angustia otras de una paz enexplicable, muy a menudo a oscuras, raramente con un halo de luz y esperanza.
La conozco no porque pasara frente a mi, más bien yo he ido en busca de ella. Cuando era monaguillo, acompañaba al sacerdote a dar la extrema unción a los enfermos.
La muerte no sólo se presenta como nos la cuentan, la muerte tiene diferentes caras como: en la incapacidad de darse, vanidad, orgullo, soberbia, odio etcétera... es como ir muriendo poco a poco. Por eso es importante saber a qué tipo de muerte nos enfrentamos en el día a día, ya que sin darnos cuenta vamos muriendo antes de encontrarnos con ella.
El dar la vida por alguién no es morir, dar un pedazo de nuestra vida: cuidando, amando o procurando; suma vida a nuestra existencia.
Somos tan arrogantes que con una sola visita al cementerio nos daremos cuenta que hasta los ricos, famosos, reyes, genios y bellas e inteligentes están allí para demostrarnos que somos finitos... mortales y, por qué no, "miserables".
Para entender a la muerte hay que saber amar, amar no sólo a los que creemos amar o decimos amar, sino a aquellos que por malos entendidos dejamos que se alejen o más correctamente, nos alejamos; porque entonces, cuando nos toque el tiempo de partir, no moriremos, más bien desaparecemos; morir es tener un fin y desaparecer significa el no haber dejado huella alguna.
El amor no es amor si no trasciende más allá de aquellos que digo amar (la esposa e hijos). El amor se comparte y la muerte también. El amor es una fiesta, la muerte debe de serla; por esto, a esta fiesta es a la unica que llegamos sin ser invitados.
Sin embargo hasta en la muerte nos empecinamos a ser indiferentes, egoístas "yo no quiero funeral" o "no quiero en mi funeral a fulano" Debemos compartir este aprendizaje como una experiencia de la vida para seguir unidos aún en la muerte y no en el olvido y la oscuridad.
Finalmente tengamos en cuenta que una sola sonrisa es un estallido que pone en orden las catástrofes del alma y a la muerte ahuyenta por muy cercana que esté.
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