sábado, 13 de febrero de 2016

INÚTIL REEMPLAZARTE


No hay huella del beso dado
ni del aroma percibido.
No quedó huella de caricias
por profundas que llegaron.

Ni del andar por las calles
huellas quedaron, vacíos,
mis oídos por su voz,
¡sofocaron!
Mi hombro tu mano de menos
echaba, mientras que sus palmas
al aire volaban.
No hay huella que lacre mi alma,
de en valde buscaba colmarla
de amores que no me llenaban.
No hay huellas que eclipsen las
tuyas plasmadas en mis entrañas.

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