jueves, 2 de febrero de 2012

UNA TARDE DE CAFÉ


El día está lluvioso, llego al café, su cristal está adornado con lágrimas de cielo, pido mi bebida habitual, sorbo a sorbo miro el pasar de la gente afuera con sus paragüas. Amanecí nostálgico porque otra vez no veré a mis amigos, tal vez salieron de viaje; bueno, hoy estoy solo aquí en espera de que alguno aparezca.
Trizas se hace las gotas en el adoquín de la banqueta, en mil cristales se dispersan, en escarchas cuelgan de las hojas de los árboles y de cada uno  de los arbotantes que alumbran mi ciudad.
Me remonto al café de antaño de mi pueblo, en las tardes de  lluvia, frío, de verano, que invitaban al ocio, al encuentro social, al amoroso; mi amor allí te conocí. En cada trago de café añoro tus labios y continuo esperando porque ya se me pasaron las horas, los días, los años; mis canas, bueno, ya sin canas.
Hoy no veré a mis amigos en mi café de las tardes, ni a ti tampoco, los llamaré por su nombre. . .mi café frío, bueno, ya ni frío, ya no hay.
                                
                                                             

3 comentarios:

  1. Fue en un café, en esos momentos en que la inspiración llega y pareciera que se hacen realidad al paso del tiempo, añorando a todos aquellos que por su propia voluntad se alejan de uno o por cuestiones naturales. hay que aprender saber vivir y agradecer esos momento; que aunque no vuelven, apreciar aquellos que están presenten y lo seguirán estando. A todos mis amigos que amo y seguiré amando.
    Se lo dedique a mi sobrino después de escrito, es como si se los hubiese dedicado a cada uno de mis seres mas preciados. Los amo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este escrito me resultó bastante emotivo al saber el contexto en el que fué escrito! Felicidades Adolfo!

      Eliminar
  2. Añoranza, Sabores, Alegrías y Tristezas. En todas las situaciones nos acompaña un rico cafecito.

    Que agradable, cotidiano, entrañable.

    ResponderEliminar