Estoy perdido y no me encuentro ¿Cómo encontrarme en la inmensidad de este mundo desconocido? Le pregunto al aire que respiro sí es vital que me mantenga vivo, si el ver la naturaleza me elevara el ánimo, si los amigos se atreverán a márcame mis errores hoy en día en donde nadie quiere comprometerse por evitarse problemas.
¿Quién se ha sentido como yo? Perdido, ajeno, extraño, raro; ya no sé si vivo o sobrevivo ¿Se han preguntado lo mismo? Qué razón tiene el seguir luchando y pelear ante los embates que la existencia nos pone, las vicisitudes cada día son más empeñosas a que uno se detenga y decir "¡hasta aquí!".
Me he perdido y no me encuentro. Ya todo es tan diferente y me dicen que el cambiar es el camino, la incongruencia de amar a un animal y tener que comer carne; entonces no debería de cuidar plantas para poder alimentarme de ellas y no sentir remordimientos.
Si se legaliza el derecho a morir, se legaliza el derecho a no nacer. Ya todo está al revés.
Tengo todo para encontrarme pero miedo me da el salir a buscarme, el mayor laberinto está dentro de mí: mi apatía, inseguridad, desconfianza, lo indigno que me siento.
Cuando grito ni el eco escucho, solo sandeces; el afán de encontrar vida en el universo mientras le llevamos ventaja el destruir al mundo que habitamos, no, no le encuentro razón.
Hemos borrado de nuestros valores el amor, la humildad de aceptar que estamos equivocados, que podemos enmendar nuestros errores y corregir el camino.
¿Es soberbia pensar que lo aprendído es correcto y que los demás no apreciaron los valores inculcados? O quizá ni los tuvieron. He cambiado el rumbo, la marcha, la forma, el ritmo. Si, he cambiado pero veo que hay muchos que se obstinan a llevar la contraria a un mundo mejor.
Es por eso que digo que me he perdido, que no me encuentro, que mis derechos han sido violentado llevados al límite de la falta de respeto y que han perdido la dimensión de una lucha auténtica a una manipulación atroz. Ya no hay barreras para una convivencia armoniosa.
No es lo mismo faltar al respeto que perder el respeto, así como amar y amar demasiado, entre tu derecho, el mío y del otro están las obligaciones, los compromisos y el deber. El egoísmo es la forma más cómoda de "amar" de "vivir".
No me encuentro y quizá ya no quiero encontrarme, al mundo no voy a cambiar y ahora el mundo me ha perdido. Ya me perdí en mi extravagante manera de ver la vida, de vivir, de luchar, de creer, de pensar; soy ajeno, me resulto ajeno.
Si me encuentro ya no seré el mismo, ya no seré yo y de nadie.
Adolfo Delgadillo Padilla
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