miércoles, 15 de marzo de 2017

DON BENI


Era peripatético tanto que por más que trataba de pasar inadvertido no lo conseguía, una flor diferente adornaba su sombrero desgastado por los recuerdos, su vestimenta contrastaba con su persona de acendrado personaje y, tan nefelibato que inmediatamente se entregaba a sus lecturas.
Era común verlo acompañado por una pila de libros que religiosamente descansaba en la mesa del café del pueblo. Bebía su café, deleitándose cómo la lluvia alimentaba las calles convirtiéndolas de maíz molido a chocolate. No muy pocas veces el vapor que levantaba la lluvia al refrescar la acalorada tierra que a gritos pedía ser bañada por los edredones de algodón de Dios, le empañaban sus diminutos lentes que inútilmente le cubrían sus lágrimas de emoción por ver llover.
Cuando se discurría la cortina que distorsiona el kiosko, las bancas, la iglesia con sus torres, el palacio municipal y la pequeña escuela; hacía parecer las luces más grandes permitiéndoles ser retratadas en los cenegales del accidentado paisaje.
Don Benigno transformaba su rutina en magia, aspiraba el petricor que las rúas de su pueblo despedían después de colorear aún más el plumaje de las aves que dejan las copas de los árboles.
Mozos, majas, niños, el sacerdote, el sacristán, el monaguillo, el presidente municipal y la hetaira del edén aquél se motivaban por el espíritu inmarcesible del último personaje popular que les quedaba.
Don Beni, como le llamaban, cuentan que se enamoró de su prima sin saber que era su pariente, Takara. La bella mulata perdió la batalla contra un mal desconocido y Don Beni que de niño le decían Bebe, quedó condenado al mayor aislamiento de sus semejantes, salvo por sus visitas al café de los portales que con el perfume que despide el grano negro y el viento pasea por las montañas y lo eleva para que los que viven allá arriba de los cojines de Dios lo perciban y, en sus notas de sabor puedan leer, escuchar el silencio de los poemas que Don Benigno en mutismo guarda en su corazón resiliente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario