viernes, 8 de agosto de 2014

ANSIEDAD



Lamí la gota que resbalaba del tronco palpitante y que precisamente sudor no era, era salado, era vida, mi vida ¡vida mía!
Borre todo indicio de ansiedad y desconfianza, con una caricia en tu espalda aprisione tu pecho contra el mío para que se reconocieran y al despegarse quedaran secos y saciados.
En la luz de tu mirada divise el agua clara de la playa aislada de tu etérea profundidad y me invitaste anhelante al viaje virgen de tu interioridad.
¿Cuántas vidas debo vivir si es que me dejas para olvidar?
Instante divino fragmento en un suspiro, instante fugaz como el parpadeo coqueto de tu mirar, virar al pasado, anhelar al futuro y el instante divino, olvidar; ignorarlo para hacerlo eterno, perenne... inmortal.
No me causes destino tal penar que aunque sea déjame soñar.
¡Que pena es mi suerte que por un instante sufriré eternamente!
¿O mi destino fue tenerte cuando otros su muerte fue por tan solo verte?
Por tus ojos me encontraste y por ellos me perdí ¡Regresa por lo hurtado! Que está en buen resguardo ¡Te lo imploro

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