miércoles, 19 de febrero de 2014

LA OLA

Eres vicio, erotismo que masturbas los sentidos, eres beso que acompaña al navío ¡Eres tú!
Tú espuma, tú tremor, eres mansa y tela de algodón virgen que cubre con caricias mi camisa.

Onda sinfónica de susurros hipnotizantes de arribos continuos y constantes fruncidos.
Te ciernes a mi vista para luego replegarte.
Impetuosa te presentas, temerosa te relajas, violenta desprendes los cristales expulsados en la roca y los peñascos.

De constantes arrumacos te muestras turmalina, jadeíta, turquesa y venturina, en ocasiones te presumes acerina. Si de ópalos titirantes y de cuarzos tus reflejos ¡Dame ola un consejo! ¿Me retiro o me quedo desmayado ante tal atrevimiento?

CLARO QUE FUE AYER


17:38


- ¿Quién mató mi "Siempre viva"?
- El bien aventurado tía María -con una carcajada mi mamá le respondió a mi tía abuela-.
- ¡Chamaco del demonio! -y ya no dijo más-
Mi tía abuela pensaba que ser bien aventurado era como ser un niño cristal de ahora, algo así como bendecido.
¿Y cómo no serlo? si tenía el mundo para mi sólito, el pasillo lleno de macetas de barro, decoradas con vidrios de colores, el piso de mosaico como recién encerado, veteado color verde "¿Te acuerdas Cata?".
Un día de tantos vi como mi hermano el Ismael se le montaba a la vieja negra, con movimientos bruscos jadeaba encima de ella (no le importó que yo lo estuviera viendo) ¿Pues cómo? Ese Isma hacia todo lo que se le viniera en gana y sin pedir permiso. No sé que edad tenía, pero eso sí, crecía mucho más rápido que yo, era un tragón, hasta se comía lo que ya no queríamos, después de haberse atragantado con lo suyo.
Mi hermano y yo salíamos a alborotar los charcos a sacarles relámpagos de luz, a darle vida al lodo y hacer cantar al río que corría al lado de las vías. Mi mamá enojada me metía a jalones para bañarme y al Isma lo dejaba afuera castigado -seguro pensaba que era él el culpable, cuando la verdad yo le marcaba la pauta; corríamos, brincábamos y ya cansados, con paso lento, uno al lado del otro (a menos de que nos distrajera el revolotear de una mariposa, ya sea él o yo la perseguíamos) nos encaminábamos hacia la casa.
¿Te acuerdas Aida, cuándo Miguel se cayó en su bici y se hirío el mentón haciéndose la barba partida en las vías del tren (¡como le mejoró la apariencia! Después a todos les dijimos que era de nacimiento), Martha perdió su chancla en ese arroyo frío y Vicky se voló una uña en una de esas sillas plegables. Jajajajaja todo en ese mismo lugar.
- Yo no fui, yo no fui - gritaba yo-. Pero a la condenada chaparra jamás se le olvidó.
Al Toño le decíamos "Dumbo", era el más pequeño, pero ni problemas daba, ¡estaba tan hermoso!
A mi me decían el "Ratón" (nada alejado de la realidad, era bien apegado a lo ajeno, era sólo por travieso, una manera de llamar la atención).
Llegando de la primaria me encontré un recado de mamá que decia: "Ratón, llevamos al Isma a la veterinaria" Me puse a llorar; mi hermano, compañero de juergas, mi más querido amigo ya no volvería. Salí a buscar a la negra, la encontré echada en una caja con sus cachorros, unos eran negros como ella y otros color miel como el Isma.
- De hoy en adelante ya no te llamaré "Negra cochina", serás la "Lady".
Los peques debieron partir, sin antes bautizarlos como: Princesa, Oliver, Ojos, Pelos... y desde allí partí también yo ¡Como añoro ese pasado!

sábado, 1 de febrero de 2014

OPORTUNIDAD


Mi actitud y alegría me abandonaron, se fueron a rehacer su vida porque en mi estaban encadenados a la amargura de la mía.
Aprovecharon que dormía y en un sueño se embarcaron para no volver a la claustrofobia de mi monotonía.
- ¿Y si volvieran?
- Ya nos los querría porque significaría que acostumbrados a mi quedaron y mi esperanza son frescuras de vida, no aquellas anquilosadas fantasías de mi pasado.
Tomaré uno de esos sueños que me visitan, en los que no creía y si es posible me anclaré a varios, ¡al fin que no pesan!, como muchos lastres que mal cargaba día tras día.

LA PROMESA



No me tildes de ingrato
que hasta en los gratos
tu imagen envuelve de 
grises mis azules ratos.

Mi deseo es no verte
tan pronto como querías.
Sí en el lugar que habitas
es imposible el no llegar.

Mas ten paciencia querido
deja disfrutar el breve
espacio de la vida que
eternamente me tendrás.

PLACER



En tu profunda oscuridad encuentro la razón por la que gozoso vivo, amargura espumosa, dulce momento, oro molido que bebo urgido, deleita mis sentidos y el fuego que corre refresca mi ánimo y despabila al dormido. 

Cuando yo caliente tú frío, cuando yo de hastío, tú vacío.
¡Oh café de atemporalidad eterna!

Mi vida fragmentada entre libros y escritura, de realidades y aventura, eres veneno que mantiene despierta mi imaginación creativa como tonto en la cocina.

¡Grano subliminal, siempre me tendrás!