lunes, 23 de septiembre de 2013
PROMESAS
¡En el río de mis ojos, lágrimas!
lágrimas confundidas de mar,
es el mar color de mi mirar:
lo profundo de mi pesar.
No te siento, no te lloro
¡Si no te importó el no estar!
Me dejaste alejado cuando
yo más cerca de tu andar estaba.
La tinta se regó en el asfalto
y dejó de plasmar en el cobalto
color de mi libreta en tanto.
Temblorosa mi mano con la brocha
del encanto sucumbió al trueno
de mi quebranto.
No te espero, ya te tengo
como astilla clavada en mi lecho.
Son de llama mis plegarias
y helada mi esperanza.
Son cristales tus promesas
y en vapor tu mirada anda,
enramada de palabras
en el suelo dejadas y olvidadas.
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