lunes, 23 de septiembre de 2013

LA CARTA



   La carta que nunca mandé o más bien, la que no me atreví a escribir por temor a que miraras a través del otro lado de mí, ése que me expone ante ti y me deja con toda la suerte en blanco a tu mirar.
   Es tan profundo el fondo en donde caigo que siento levitar y me es tan ajeno tu rostro al pasar lo relativo que es el tiempo. Me parece que fue ayer, un sueño, o ¿Hace apenas un instante que no te veo?
   La carta después de escrita la quemaré y se la ofreceré al viento en lo alto de mi gran dolor, veré que su ráfaga disperse las cenizas como lo hicieron con nuestro amor por los chismes que te creíste.
Lamento la fractura ahora que las ramas de mi sentimiento que comenzó como un grano de mostaza, cobije mi tristeza, mi ausencia del mundo y desesperanza ante el futuro que me aguarda sin tus halos cálidos de pasión.
Llegó el martes y me cuestioné ¿Que soy sin tu presencia? Y, entonces... ¿Qué haces en mi?
Ya es viernes ¡Pareciera que fuera invierno! Soy un desastre que me imposibilita ponerle orden yo solo, se requiere de dos, pero la vida me restó, me cobró y ahora sólo quedé y, ¡No puedo!
Confieso que he vivido,me culpo de haber gozado ahora que tu ausencia después de los años,cuando al fin la carta escrita y mandada flagela la incertidumbre ¿Habrá llegado? O, tal vez ¿Fue la carta que nunca leíste por temor de regresar a mis brazos?
 

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