lunes, 25 de junio de 2012

AMBROSIO



Ambrosio  poco a poco se ha sacudido los prejuicios que mucho le han costado, empezó por entender que nada es para siempre, cuando su mamá le mostraba la evolución de una rosa hasta que se marchitaba.
-Recuerda hijo, todo ser vivo nace,crece,se reproduce y muere.                                                                                                                                                                -¿Esto también te incluye a ti mamá?- le preguntó con su miradita triste esperando a que ella le contestara  “que no”.
Transcurrió el tiempo y pareciera que lo había leccionado  para cuando ella faltara. Ambrosio era feliz y vivia en un mundo real, pero alejado  de la maldad; creció con una espíritualidad que nadie de su edad poseía.
No podia entender la infidelidad, pero al mismo tiempo no la rechazaba, en su mente no cabía la posibilidad de que dos hombres se atrajeran, se enamoraran, por la educación que recibió. El disfrutar de la buena vida, del buen comer, de un satisfactorio viaje le causaba culpabilidad por sus seres queridos y, por lo tanto no disfrutaba al maximo.
Lloraba por ver llover, por ser rechazado, por  sentirse amado; tenía una gran sensibilidad, tanto que  contó que fué instrumento de un milagro. Un día con toda la seguridad del mundo le tomó la mano a una madre que estaba abatida porque a su hijo Saúl lo habían atacado y apuñalado, y le dijo:  -No se preocupe, su hijo va a estar bien, confie en mí. 
-¿Qué te da valor decir eso, por qué no mejor que confiara en Dios? – le refutó un amigo años más tarde del incidente cuando se lo comentó.
Meses después del encuentro con la madre de Saúl ( Ambrosio se enteró que la puñalada no fue una, sino 19 y allí es donde se cayó en cuenta que él no había hablado por si solo ), ella se le acercó esta vez y le tomó a Ambrosio de la mano, de la misma manera que él se la había tomado poco tiempo atrás y le dijo:  - Chaparrito, desde el día que tú me dijisté que mi hijo iba a estar bien, yo te creí. Gracias. 
Éste,  ahora joven de 17 años llamado Ambrosio, fue descubriendo que tenía la capacidad de la premonición, practicandola sin lucrar ( bueno, ahora dice que siempre debe de recibir una moneda )
Y yo me pregunto ¿ Existirá algo de santidad en el ser humano perfectible como Ambrosio que ha aceptado el deseo hacia su mismo sexo, que no asume su fidelidad y goza con y de las buenas cosas de la vida, que  se ha limpiado de lastres aprendidos como : el miedo, el temor a Dios, la culpabilidad y aceptado la muerte como un don y no como castigo?

2 comentarios:

  1. Quién marca los parámetros para decir qué éste o aquél es santo, héroe o elegido. Eso no existe, todos podemos ser lo maximo y seguir ser humanos

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  2. "creció con una espíritualidad que nadie de su edad poseía."
    el espíritu va mas allá de la religión, de los dioses y de los mártires de los santos y de los ángeles es algo que crece dentro de uno es algo que nos conecta con los demás y con todo, es saber que la vida como tal es un don precioso que pocas veces nos detenemos a contemplar, yo no puedo definir que es espiritualidad para todos, pero para mi al menos, es como una montaña al final sea el camino que uno siga llevará inevitablemente a dios, sea el que sea.



    aceptado el deseo hacia su mismo sexo, que no asume su fidelidad y goza con y de las buenas cosas de la vida, que se ha limpiado de lastres aprendidos como : el miedo, el temor a Dios, la culpabilidad y aceptado la muerte como un don y no como castigo.


    no lo se pero: ¿este párrafo es una breve cita de como te ves a ti mismo no? es bueno ver como muchas cosas cambian para bien, para crecer y ser una mejor versión de uno mismo, y la muerte, al final la muerte es relativa, solo es un paso en el complejo circulo de la existencia de la transformacional y renovación.

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