Ven, vamos a llorar lo no llorado, lloremos por Israel ¿Y por qué no? También por Hamás.
Acompáñame a vivir la tristeza de esos niños que se han quedado huérfanos y por los padres que se quedaron sin ellos.
Sintamos ese dolor que tienen los enfermos, los heridos y por aquellos que se dicen sanos.
Desahoga lo que no eres capaz de sentir por el solo hecho de que no te ha tocado a ti... a los tuyos.
Oremos por nuestros semejantes ¡Carajo! No te pido mucho, siente un poco de empatía.
Llora, pide por los pobres, por los malos gobiernos y guías espirituales.
Siente pena por los índolentes, derrama la rabia de no poder o no querer hacer un poquito por ellos.
Ven anímate, te invito a llorar en esta ocasión, date permiso para llorar por ti, por ignorar.
Vacía el alma, vacía el vacío y llenémoslo de compasión, de lo que hemos perdido...
¡Humanidad!
¡No hay nada que se gane con la guerra que no se pueda ganar con la paz!