Si te veo fallezco y si no te miro entristezco, vivo y muero por verte, mi vida por tenerte.
Si me quedo en ti vivo, muero por tenerte dentro. Muero porque no vivo, muero porque en ti muero.
Vivo muerto si en tu recuerdo no habito.
No entendía mi dolor perenne y quise apartarte de mi mente aunque deseaba verte y...
El no verte dolía igual que el verte y, si te olvido, la muerte vivo.
Tu ventaja ante mí era mi osadía, amar con tanto delirio a quien en un instante gané su olvido.
Bien lo merecía que al fin el triunfo yo lo tenía, amé a quien yo escogí mientras tú olvidaste a quien bien te quería.
Vivía por morirme de ti, ahora que no te pienso, ni muerte ni vida sin ti.
Era la vida pensarte aunque el dolor de mirarte en mi mente, a la muerte entretenida tenía.
Hoy la muerte vivo me quiere, el no insistir de que me ames ni vida ni muerte hiere.
El dolor es vida, la vida sin dolor por tu amor ausente.
Aprehensiones no ocupan mis desvelos,
Más que entretenido me tenías con la péñola en mano la razón perdía.
Aquellos ojos amados por lo que los míos estaban entregados.
¡Oh espantosa hermosura e insegura mi cordura! en mis entrañas dibujada la pasión de mi locura.
Adolfo Delgadillo Padilla