Una mosca comenzó a revolotear justo cerca de mi oreja, la espanté con un movimiento sutil con la cabeza, al instante otra se me paró en el brazo, lo moví y se fué para después posarse en la mesa que me senté de una cocina económica del pueblo que visitaba.
Llegó el agua de guayaba, pedí aparte agua simple porque en esos lugares son muy adictos de ponerle mucha azúcar y no me equivoqué; inmediatamente otra mosca peleaba por la jarra con otra pero mi mano las espantó, otras estaban apareándose en el cabello de mi amigo.
Nos trajeron el primer plato y yo espantando las moscas.
-¡Ay pinches moscas!- visiblemente molesto comentó Moi.
-Pero son varias y necias-, pero mira, al joven de enfrente parece no importarle.
Por fin llegó mi guisado, carne de puerco y verdolagas en salsa verde y como si fuera traído el platillo para una de las moscas, solícita aterrizó en la orilla de mi plato.
-¡Ah no, en mis verdolagas no!- y tiré dispuesto a matarla, pero en eso la dueña de la cocina frustró mi intención.
-No joven no las mate, son de casa, son limpias, mire, esa es hija de la chilanga que la trajeron de chiquita, al verla sentí lastima por su vida y de aquí no ha salido, esa otra es la extranjera porque venía dentro de la maleta de un cliente que llegó de Estambul y pronto se acoplaron y se alimentan de lo que yo cocino.
-Si pero no me gusta.
-No se preocupe joven éstas son sanas, mire, por ejemplo a ésta le puse Georgina, normalmente no les pongo nombre como no viven mucho, imagínese estar buscándoles nombres a todas, pero a ésta sí porque jamás la va a ver husmear la comida como a todas, a ésta únicamente le gustan los libros, ya hasta un cliente que trae su libro la deja mientras él come- me fué contando vida y obra de sus moscas mientras nosotros comíamos.-¿Ustedes dé dónde nos visitan?
-De la CDMX.
-Mire y quiere matar a una paisana suya.
Yo me reí, jamás hubiera pensado con esa anécdota poder ver con otros ojos a las moscas.
Será el sereno pero fuera de esta experiencia las moscas no son bienvenidas en mi entorno, son como dicen por ahí "mátalas callando", moscas muertas.